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Libertad y voluntad: ¿sigue esperando o ya se ha decidido?

Dos conceptos complejos, dos caras de la misma moneda: si no ejercemos conscientemente nuestra voluntad y no decidimos nada por nosotros mismos, no somos realmente libres.

Libertad: una gran palabra que (supuestamente) significa algo diferente para cada persona. Algunos -y probablemente sean muchos- entienden la libertad como la ausencia de restricciones de cualquier tipo. Esto empieza con las tareas diarias en el trabajo y termina con las tareas domésticas más normales. No quieren tomar ninguna decisión ni hacer nada. El estado ideal consiste en una agradable ociosidad. Pero, ¿es eso realmente libertad?

Libertad: no hacer nada o pasar el tiempo, ¿eso es todo?

¿Su vida también consiste en esperar a que acabe el trabajo, el fin de semana, las vacaciones y, en última instancia, la jubilación? ¿Qué tiene eso de deseable? Entonces tienes y eres libre, tan completamente sin tareas, sin deberes y, por tanto, sin limitaciones... Por fin puedes relajarte. Y te aburres. Así que pasas el tiempo de alguna manera, ves una película, tomas una copa... y no pasa nada. Y esperas. Poco a poco, la situación te pone de los nervios, te enfadas por pequeñas cosas: El vecino molesta, la subida de los precios es una impertinencia, las noticias apenas se soportan. Al menos tienes algo de variedad, ¿es eso la libertad?

La libertad como bien supremo, ¿también para usted?

Hay otra manera: mientras que algunas personas ven su libertad personal en no hacer nada o pasar el tiempo, hay personas que se marcan objetivos. Pueden utilizar distintos métodos, como una lista de cosas por hacer o una lista de los objetivos que aún quieren alcanzar. Puede tratarse de algo grande que no sea tan fácil de conseguir. Algunas personas quieren dejar algo sustancial, algo duradero o incluso una mella en el universo. Lo que tienen en común es que quieren algo, y lo quieren de forma activa y decidida.

Al desear algo, ejerces tu voluntad y tu libertad. La idea es que la libertad reside en la voluntad que sigue al deseo. No se trata de deseos que todos albergamos, como diferentes circunstancias en la vida. Se trata más bien de un auténtico querer que inevitablemente también lleva al hacer, a la acción activa y decidida. Todo lo demás es procrastinación. Si sólo hablamos de lo bonito que sería, entonces esto pertenece a la categoría de pasatiempo. Hablemos de lo bonito que se vuelve a través de nuestras acciones: ¡Eso es libertad en acción!

Vivir la libertad: ¿cómo funciona?

Por decirlo de antemano: No tienes que hacer listas ni definir objetivos. Basta con que te escuches a ti mismo y explores lo que hay dentro de ti. ¿Qué quiere desplegarse y desarrollarse en ti? ¿Cómo podría ser una versión mejor de nosotros mismos, cómo se sentiría? Entonces siente este anhelo vivido de plenitud, de tu nueva existencia. Experimenta quién eres tú mismo y a dónde te lleva tu camino. Para mí, ésta es la mayor aventura que podemos experimentar: la libertad vivida como liberación del ser.

Por supuesto, puedes encontrar tu propio camino, pero una cosa es cierta: sólo somos libres cuando ejercemos nuestra voluntad, cuando elegimos conscientemente algo: una acción, un objetivo, una cosa o una persona. Pero, ¿cómo es la realidad? La mayoría de la gente funciona en automático, simplemente son, conduciendo como un tren sobre raíles y siempre en línea recta. Esto también puede ser agradable y reparador; no en vano algunas direcciones espirituales ven la meta más elevada en este estado, que no conoce ni el ego ni la voluntad. Con la mano en el corazón: ¿por qué tenemos entonces libre albedrío?

Libre albedrío: tanto un don como una responsabilidad y una carga

Es como todos los grandes bienes, no son sólo bendiciones sino también cargas: si la humanidad renunciara a su libre albedrío, esto podría ser una gran bendición para la tierra. Lo desastrosas que son las consecuencias de que muchas personas ejerzan su voluntad puede verse en nuestra naturaleza y nuestro medio ambiente. Pero también faltaría el bien que la humanidad realiza. Y lo especial que nos hace humanos. No sólo hemos recibido nuestra voluntad como un bonito accesorio. Si tomamos decisiones y ejercemos nuestra voluntad, aprendemos y crecemos. Nos desarrollamos reconociendo lo que hacemos, lo que es bueno y lo que es malo, y decidimos cómo proceder.

¿Qué significaría renunciar a nuestra voluntad? Resultaríamos ser un error fatal de la naturaleza porque no ejercemos el peligroso libre albedrío: sólo vegetaríamos. ¿Puede ser ése el objetivo de nuestra existencia humana? Desde luego que no. No, debemos elegir conscientemente este don para aprender algo nuevo cada día, también para equivocarnos y cometer errores. Sólo así podremos seguir desarrollándonos, como seres humanos y como almas.

Tú también puedes convertirte en un campeón de la toma de decisiones, ¡ahora!

La decisión es tuya: Rompe la rutina de la costumbre - siempre un poco más allá. Así podrás vivir nuevas experiencias, adquirir conocimientos, crecer y prosperar de muchas maneras. Y lo mejor de todo: no tienes que dar estos pasos solo. Muchas cosas son más fáciles en comunidad: tomar decisiones, ganar capacidad de decisión, ejercer el libre albedrío... en el mejor sentido del ser humano, te conviertes en un maestro de la toma de decisiones. ¿Le parece interesante? Entonces ponte en contacto con nosotros, ¡estamos deseando conocerte!

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