12 Formarse una opinión en lugar de adoptar

¿Insatisfecho? Cuando su trabajo o su relación no funcionan, muchas personas se distraen. Caen en la trampa de la opinión y prefieren discutir sobre el coronavirus, la guerra de Ucrania o las dietas parlamentarias antes que resolver sus propios problemas. Se preocupan por cosas en las que no pueden influir y están cada vez más insatisfechos. La mejor estrategia es analizar los problemas concretos y decidir qué cambios son importantes.

Conviértete en el maestro de tus decisiones y en el forjador de tu propia felicidad. Las opiniones de los demás no deberían importarte. Decidas lo que decidas, tú decides lo que necesitas para ser feliz.


Su propia opinión: lo más importante

Por supuesto, la diversidad de opiniones es correcta e importante. Pero no debe llevarnos a aceptar opiniones que no son las nuestras, que son erróneas o que obstaculizan nuestro desarrollo a largo plazo. La trampa de la opinión se cierra todos los días. En los intercambios con amigos y conocidos, vecinos y colegas. En la mesa de los habituales. Y sobre todo en Internet. Las consecuencias son tan numerosas como desagradables. Afectan al éxito personal, a una actitud arruinada ante la vida y a la pérdida de oportunidades. Sólo nuestras propias opiniones y decisiones pueden dar un vuelco. Porque garantizan que ya no seamos parte del problema, sino la solución.

¿Tan importante es tener voz y voto?

Una opinión sobre cada tema. Aunque no sepas nada del tema. Aprovecha cada discusión para defender tu propio punto de vista. Ya se trate del coronavirus o de Ucrania, utiliza toda tu energía para convencer a los demás de tu propia opinión. ¿Ayuda eso? Y si es así, ¿en qué? - Suele conducir a la frustración. Al fin y al cabo, expresar constantemente opiniones sobre todo tipo de temas es sobre todo una cosa: un auténtico devorador de energía. Y ésta es precisamente la energía que necesitamos para seguir desarrollándonos, resolver nuestros problemas y realizar posibles mejoras en nuestras vidas. No podemos influir en que Putin ponga fin a la guerra o en que el coronavirus mute peligrosamente. Pero podemos elegir invertir nuestra energía y pasión en nosotros mismos y en nuestros objetivos individuales y convertirnos en nuestros propios responsables.

Crear opinión distrae

Televisión. Radio. Internet. Facebook. - Es la diversidad multimedia la que da forma a las opiniones. Y son los teóricos de la conspiración los que piensan fuera de la caja, y crean así nuevas opiniones. Muchas personas desarrollan una especie de compulsión de opinión como resultado de este escenario. Y esta opinión suele consistir en repetir como loros eslóganes. Si estos eslóganes - y suelen serlo - son además negativos, esto tiene dos consecuencias. En primer lugar, se tiene la impresión de que el mundo entero es negativo y que no se puede hacer nada para cambiarlo. La frustración se extiende. En segundo lugar, te distraes con las opiniones pesimistas y te involucras en discusiones constantes. Te distraes cuando se trata de tus propias necesidades, objetivos y estrategias. Ambas cosas son desagradables. Pero la buena noticia es que tienes el poder de poner fin a todo esto. Puedes decidir ser el dueño de las decisiones a partir de ahora. Tu decisión.

Superar la insatisfacción

Muchos "creadores de opinión", que oscilan entre la mesa de los habituales y la manifestación, están insatisfechos. Insatisfechos con el mundo. Insatisfechos con el gobierno. Pero, sobre todo, están insatisfechos consigo mismos. Y aquí es donde encaja especialmente bien un conocido dicho: cada uno es artífice de su propia fortuna. Así que no el mundo, que es tan injusto. Ni el Gobierno. Ni Putin. Ni Corona. Somos nosotros. Así que si decides tomar tu felicidad (y tu propia opinión) en tus manos y cambiar algo, probablemente serás el primero en cambiar la insatisfacción. Porque entonces ya no estarás discutiendo si las duchas frías son una imposición o si la vacuna contra el coronavirus te está obligando a tener chips de Microsoft bajo la piel. Probablemente no tengas ni ganas ni tiempo para participar en discursos tan polémicos.

¿Cuándo son útiles las opiniones?

Hoy en día se nos dice que debemos tener una opinión sobre todo. Pero eso es un error. En realidad, sólo hay una buena razón por la que es necesario formarse una opinión: la preparación para tomar decisiones propias y sensatas. Las personas que toman decisiones no se forman una opinión para poder opinar. Se forman una opinión cuando quieren tomar medidas concretas contra las condiciones de las que otros sólo se quejan. O se forman una opinión para evaluar y mejorar su situación privada y profesional. Una opinión conduce a una actitud. La acción se deriva de la actitud. - Las opiniones sólo son útiles cuando hay una decisión pendiente que uno mismo puede tomar y poner en práctica. Por ejemplo, no negociar con Putin, sino quizás cambiar de trabajo, hacer una compra, construir una casa u otras cosas. Y como mi propio jefe, puede que discuta mi opinión o decisión al respecto con algunas personas importantes, pero desde luego no en público. Al fin y al cabo, no debería importarte lo que piensen los demás de tus decisiones.

Cambiar el enfoque

¿De qué te sirve preocuparte por las dietas de los miembros del Bundestag alemán? De nada. ¿De qué te sirve alterarte por la cuantía de tu sueldo? Quizá mucho, si tomas la decisión correcta basándote en esta opinión. Centrarte en tu propia vida, tus propios problemas y sus soluciones es lo que puede marcar la famosa diferencia. Piensa en cómo puedes reaccionar ante tu propia insatisfacción. Lo que realmente puedes hacer. Ése es el lema. No te dejes distraer por la gente insatisfecha y sus opiniones en lugar de centrarte en las cosas realmente importantes. Esto se aplica tanto a tu trabajo como a tu relación de pareja. Conviértete en el dueño o la dueña de tus propias decisiones.

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